¿Qué son las adenoides y la hipertrofia adenoidea?
Las adenoides o vegetaciones («carnots» en català) son un tejido linfoide, que contiene células para la inmunidad. Están recubiertos por mucosa de las vías respiratorias y se encuentran en la parte alta de la faringe, justo por detrás de la nariz, de forma que no son visibles a simple vista.
El tejido linfático es muy rico en la zona que rodea la nariz y la boca. Además de dos glándulas de mayor tamaño como son las amígdalas y las adenoides, existen muchas otras pequeñas “islas” de tejido linfoide en esta parte del cuerpo. Es lógico teniendo en cuenta que la vía respiratoria es una puerta habitual de la entrada de gérmenes en el organismo.
Debido a características genéticas y anatómicas, y también como consecuencia de las infecciones respiratorias, en muchos niños se produce una hipertrofia adenoidea, es decir, que crecen de tamaño.
El crecimiento origina principalmente dos situaciones obstructivas: dificulta el paso de aire por la nariz hacia el resto de la vía respiratoria y obstruye la entrada al conducto auditivo. Además, el aumento de tamaño adenoideo, suele ir acompañado de aumento de secreciones respiratorias, y ese moqueo frecuente y constante a su vez también obstruye la nariz y la garganta.
Sintomatología de la obstrucción por hipertrofia adenoidea
Los síntomas relacionados con la hipertrofia y la obstrucción adenoidea son variados. Hay niños que expresarán muchos de ellos y otros solamente alguno. Como verás, existen síntomas sutiles que no siempre tendemos a relacionar con esta causa:
- Rinitis frecuente. Moqueo continuo, sin que sea siempre evidente la presencia de una infección respiratoria.
- Tos, especialmente por la noche cuando están estirados, ya que el moco cae hacia atrás en la garganta y provoca de forma refleja la tos.
- Respiración ruidosa o con la boca abierta, más evidente durante la noche por la hipotonía propia del momento del sueño. Puede haber ronquidos. Recuerda que los niños no deben roncar (en realidad, ¡tampoco los adultos!)
- Voz gangosa
- Otitis de repetición, a veces con supuración hacia el exterior. Las otitis pueden cursar con fiebre y dolor (otalgia).
- Ocupación crónica del tímpano por secreciones, lo que se conoce como otitis serosa o seromucosa y que condiciona una disminución de la audición (hipoacusia).
- Retraso en el lenguaje secundario a la hipoacusia. Esta sordera puede condicionar el desarrollo del lenguaje en una época crítica de la primera infancia y hacer dudar sobre la normalidad en el neurodesarrollo.
- Cambios en el aspecto de la cara, con menor desarrollo del maxilar inferior y cara alargada y ojeras. Se conoce como facies adenoidea.
- Cambios en el interior de la boca tanto en el paladar como en la apariencia de los dientes. Predispone también al acúmulo de placa bacteriana y caries.
- Dificultades en el sueño, tanto en la instauración como por la presencia de despertares nocturnos o mayor número de pesadillas. En casos severos, se produce apnea durante el sueño.
- Rabietas, cansancio e irritabilidad frecuentes durante el día debidos a que respira y duerme mal. Este cansancio puede condicionar que coma peor o que se adapte peor a los cambios y las rutinas.
Diagnóstico y tratamiento de la hipertrofia adenoidea
El diagnóstico de la hipertrofia adenoidea se establece por sospecha clínica aunque hay algunas exploraciones complementarias que nos pueden ayudar. Cuando las pediatras sospechamos que puede haber una hipertrofia adenoidea sintomática solemos remitir a los niños a la consulta especializada del otorrinolaringólogo (ORL).
El ORL suele tratar de determinar el tamaño adenoideo, y a su vez valora cómo están los oídos y la audición y si coexiste una obstrucción debida a las amígdalas faríngeas.
Si todos los datos encajan, se plantea un tratamiento quirúrgico.
No existe una edad mínima para realizar la intervención, si bien no es demasiado frecuente antes de los 18-24 meses. El paso por el quirófano suele generar estrés en las familias. Tienes que saber que en la mayoría de los casos son intervenciones rápidas, con poca afectación postoperatoria y muy bien tolerada por los niños. En pocos días se revierten una gran cantidad de síntomas y la mejoría es evidente. No obstante, si tienes dudas acerca del procedimiento quirúrgico, sobre si tu hijo/a es candidato a esta cirugía o el por qué de este planteamiento terapéutico, no dudes en consultarnos o con el propio especialista para que te aclaren todas tus dudas.
Artículo de la Dra. Amalia Arce, pediatra de Món Pediàtric
N. Col. 34110