Los inicios del curso escolar originan dudas e incertidumbres en las familias. Los primeros días estamos pendientes de la adaptación y de cómo van a seguir sus rutinas, especialmente en los que se incorporan por primera vez a la escuela. Más adelante, sobre todo cuando el calor empieza a remitir y se inicia la temporada otoño-invierno, padres y madres se preocupan por las infecciones en la infancia, cómo tratarlas, y cómo prevenirlas.
Tipos de inmunidad en los niños
Contamos con 3 tipos de inmunidad para defendernos de las infecciones:
- Inmunidad innata: Está presente desde el nacimiento y está formada por barreras como la piel o las mucosas y células del sistema inmune como los neutrófilos y los monocitos (células de la sangre). Aunque estos elementos están presentes incluso en el recién nacido pretérmino, son inmaduros durante los primeros meses de vida.
- Inmunidad adquirida: Es la que se va produciendo desde al nacimiento, con la exposición ambiental a los diferentes estímulos y agentes bacterianos. Involucra la activación de los linfocitos, que son unas células que producen anticuerpos. También se incluyen en esta categoría los anticuerpos que nos producen las vacunas.
- Inmunidad “prestada”: Es una inmunidad temporal que principalmente nos brinda nuestra madre. Consiste en el paso de anticuerpos a través de la placenta en el último trimestre del embarazo, y que irá desapareciendo de forma progresiva durante los primeros 4-6 meses de vida. También nos “presta” inmunoglobulinas y otros factores inmunitarios nuestra madre a través de la lactancia materna.
El sistema inmunitario en la etapa 0-3 años
Al igual que ocurre con los demás órganos y sistemas, el sistema inmunitario se va desarrollando durante toda la infancia, desde la época fetal.
Los primeros 3 años de vida constituyen la etapa en la que el desarrollo va a ser más importante, aunque en algunos niños y niñas no se va a completar hasta los 12 años de edad. Este factor explica el por qué de las muchas infecciones en la infancia.
En el desarrollo de la inmunidad están implicados factores genéticos, ambientales y relacionados con el nacimiento y la alimentación, existiendo una gran variabilidad entre niños.
La exposición a los diferentes microorganismos va a contribuir al desarrollo del sistema inmune. Sin embargo, este desarrollo depende también de la edad y del tiempo, un bebé de 8 meses va a tener menor capacidad de “defenderse” del mismo virus que un niño de 3 años.
Otro motivo implicado es la forma de convivencia en los más pequeños. Las normas de higiene que vamos aprendiendo como el lavado de manos, no compartir objetos personales o no toser encima de otra persona, son más difíciles de cumplir en los más pequeños por razones obvias.
¿Otra vez resfriado?
Los resfriados, que en en los más pequeños es habitual que se acompañen de fiebre, son las infecciones en la infancia más frecuentes. Las cifras os van impresionar:
- Menores de 1 año: 4-8 resfriados/año (cifra que se multiplica ¡¡¡por 4!!! si van a la escuela infantil)
- 1-5 años: 7-8 resfriados/año
- 6-12 años: 4-5 resfriados/año
- 12 años-adultos: 4 resfriados/año
Mejor estar informados de esta realidad….
¿Cómo prevenir las infecciones?
Las infecciones en la infancia en determinados entornos pueden ser difíciles de prevenir. Las recomendaciones generales de lavado de manos, alimentación saludable, ventilación de los espacios y rutinas de higiene de las zonas y materiales compartidos son fundamentales.
Otra recomendación que damos a las familias es no llevar a sus hijos enfermos a las escuelas. Esto es un factor de riesgo para otros niños…. Y entramos en un bucle infinito.
En bebés o niños que se ponen muchas veces enfermos, en los que las infecciones repercuten de forma importante en su desarrollo como con estancamiento en el peso o en la adquisición de ítems del neurodesarrollo, a veces recomendamos buscar una alternativa a la escolarización durante un tiempo prudencial.
Existen muchos preparados farmacéuticos y probióticos que se utilizan con el fin de mejorar las defensas de los niños y evitar las infecciones. Aunque hay muchos estudios prometedores en relación con la influencia de la microbiota en el desarrollo inmunitario. Lamentablemente en el momento actual hay poca evidencia científica de que los suplementos realmente sirvan para evitar las infecciones. La mayoría de niños no tienen un problema de defensas, sino un exceso de “ataques” a su sistema inmune.
Cuando las infecciones son ocasionales y no alteran demasiado la rutina… ¡paciencia! El tiempo va a vuestro favor. Habitualmente entre los 2 y los 3 años se produce un cambio importante en cómo los peques se enfrentan a los microorganismos, de forma que las infecciones dejan de ser tan frecuentes.